imagen: Paula Miller Cravens
Para tener unidad, es necesario tener reconciliación. Como seres humanos, tenemos que vaciarnos de todo tipo de odio y envidia y ser llenados del amor, de la bendición, y de la gracia de Dios. Esto sólo puede pasar cuando nos abrimos al plan de Dios para nosotros y para toda la humanidad, y nos convertimos en embajadores de Cristo, buscando compartir el mensaje de reconciliación.