Durante Adviento, mientras vivimos de nuevo en la inesperada primera venida de Dios, la TIERRA que nos apoya y la TIERRA de que somos hechos tiembla en anticipación del nacimiento de la misericordia y la justicia. Las higueras nos enseñan lecciones sobre obrar mientras esperamos, y la oscuridad del sol y de la luna nos hacen pendientes a la muerte de cada injusticia y la segunda venida de la esperanza.