La Tierra Prometida fluye con leche y miel -- cuán dulce es. Como el oso Pooh, me encanta “lo dulce,” y a mi me gusta “dulce Jesús.” Pero contemplando esto, las cosas se ponen pegajosas. “Dulce Jesús” no es un término popular en muchas iglesias. “El que está lleno, hasta la miel desprecia; al que tiene hambre, hasta lo amargo le sabe dulce.” (Prov. 27:7). ¿Quieres miel? Sigue abejas. ¿Quieres cielo? Sigue bienaventuranzas.
Personas hartas tienen poco uso para un Dulce Jesús, uno que alimenta a personas hambrientas solo porque están hambrientas y porque faltan amor. Almas jóvenes aman a Pooh y la miel – y a Jesús – porque endulzan muchas circunstancias amargas.