BENDECIR es el acto de honrar lo divino en el otro. A veces es tan sencillo que rendir nuestra posición en la cola del mercado a otro. Otras veces toma un acercamiento más sacramental. Bendecir a otros, en lo cotidiano o en lo sacramental, la bendición es sacrificial y sin condiciones. Durante tiempos difíciles, hemos de recordar lo que significa darnos una bendición a nosotros mismos. Bendiciendonos, practicamos auto compasión y perdón de nuestro propio ser, y encontramos el imago dei dentro de nuestra propia identidad. Eso es lo que llena las tazas que usamos para bendecir a otros.