“Proclama mi alma la grandeza del Señor.”
El Magnificat sale de la boca de la joven María y captura la esencia del ministerio de Jesús. Es el alma de María que proclama la grandeza del Señor. El alma es la esencia de nuestra identidad, es la parte de nosotros que perdura, es la conexión con la eternidad. Es la esencia eterna de María que proclama “la grandeza del Señor.” La grandeza del Señor refiere a la agencia de Dios que tom interés en una joven y le da la oportunidad figurar en el drama de la salvación, que creará el mundo de nuevo con justicia, amor, y misericordia al centro. Esta proclamación, entonces, es la realidad extraordinaria que el Dios que hizo todo se preocupa por el mundo y su orden, y busca participar en el orden creado para hacer el trabajo de transformación.
Hacemos una pausa este día mientras nos acercamos a la promesa de la llegada del niño Cristo para asombrarnos de las intersecciones entre nuestra esencia eterna -- el alma -- y la realidad del creador que toma un interés en cada uno de nosotros. El universo es tan vasto; a menudo la mente no puede imaginar que la fuente de todo tiene el alcance y la capacidad interesarse en cada vida humana. Es aún más increíble que el interés primario de Dios, como el Magnificat hace claro, es los que están a los márgenes de vida humana -- los que están luchando, enfrentando opresión, hambrientos y pobres.
El trabajo de proclamación es el trabajo de compartir esta buena nueva. No somos simplemente paquetes complicados de átomos que vienen de ningún lado y van a ningún lado. En cambio, tenemos una esencia eterna; en cambio, somos invitados a entrar en una relación con la fuente de todo que existe. En cambio, somos invitados a discernir nuestra vocación a la luz de la obligación de crear un mundo que es más justo, y debemos de reconocer que cada persona importa porque todos somos amados por Dios.
Esta temporada de Adviento es un buen momento pausar para escuchar la proclamación de María. ¿Pensamos a veces que somos insignificantes? Escucha la afirmación de María que Dios toma mucho interés en nosotros. ¿Pensamos en lo que debemos de hacer con nuestras vidas? Escucha las palabras de María mientras explica lo que Dios quiere hacer con este mundo nuestro.
Luego tenemos que estar listos proclamar esta buena nueva a los demás. Aunque la Navidad puede ser un momento de alegría, muchas personas echan de menos a seres queridos, están intentando llegar a fin de mes, y tienen miedo al futuro. La invitación de María es verte a ti mismo como una persona conectada con Dios -- un Dios que busca usarnos para avanzar un futuro que es diferente y lleno de esperanza.