En esta vida peregrina, estamos llamados a un camino continuo, con Dios y hacia Dios. Y sin embargo, existe una sensacion asombrosa de que, cuanto más nos alejemos de lo que sabemos, más familiar será el paisaje. Mi viaje en realidad no me aleja de mí mismo, sino hacia él. Eres llamado por Jesús a ser más y más auténticamente la persona quien Dios te creó para ser.