El Adviento está lleno de mensajeros. El ángel Gabriel anuncia la concepción de Jesús. Juan el bautista es una “voz (que) grita en el desierto, ‘Preparen el camino del Señor.’” Necesitamos mensajeros para prepararnos para recibir a Cristo.
El Adviento nos invita a escuchar y a velar por tales mensajeros. No pueden venir en una forma tan deslumbrante como un ángel; pueden venir en un sueño, o en una conversación, o en algo que te llama la atención en el mundo natural, o incluso algo que te molesta. Todas estos pueden ser mensajeros de Dios, llamándote a “preparar el camino,” en tu propio camino y vida, para el nacimiento de Cristo.