En las lecturas de esta semana, escuchamos un llamado a “cantar en voz alta,” seguido por una promesa del Señor “en su alegría cantará como en día de fiesta.” La palabra hebrea רָנַן (ranan) significa “dar un grito resonante,” es más un hecho emocional en vez de intelectual. En nuestra Iglesia Francesa en Nueva York, algunos cantan con nosotros no conociendo las palabras. Pero todos sabemos, como Sofonías nos cuenta, que es el corazón que canta antes que la voz. En el Adviento, es reconfortante escuchar que nuestras canciones son parte de la gran canción que el Señor mismo está cantando. Regocijémonos con la única parte que nuestros corazones cantan en anticipación de la gran canción de los ángeles a los pastores.