Jerusalén habrá sido edificada como una ciudad bien unida entre sí, pero hoy día cuesta ver esa unidad, y es casi siempre así. La unidad es más un deseo que una realidad. En nuestra esperanza de unidad, Dios nos da un regalo. Al prepararnos para el regreso de Cristo, podemos buscar una esperanza y misión en común, aun en toda nuestra variedad y diversidad. La unidad no es uniformidad. La unidad es, sobre todo, una esperanza compartida en “un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo … un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos” (Efesios 4:5-6).
The Rev. Canon Scott Gunn es el director ejecutivo de Forward Movement. Ha escrito varios libros, y el más reciente se titula Triunfo de Pascua, gozo de pascua: Meditaciones para los cincuenta días de Pascua.