“Pero ustedes, hermanos [amados], tengan paciencia hasta que el Señor venga” (Santiago 5:7). Ser paciente es siempre un gran desafío, y durante Adviento parecería que a muchos en la iglesia les cuesta frenar el ritmo de actividad. Yo me siento culpable de mi propia impaciencia, pero este pasaje de Santiago me da consuelo: Dios continúa amándonos. Esta semana las escrituras nos recuerdan que el Mesías viene. Se nos llama a ser fieles y esperar; y se nos promete que, en el tiempo establecido por Dios, habrá una renovación que alcanzará a toda la creación y también a nosotros, los amados de Dios.
Erin Wolf es madre de cuatro hijos, una ministra juvenil, y directora de campamentos que sirve tanto a nivel parroquial como diocesano en la Diócesis Episcopal de Fond du Lac en el noreste de Wisconsin.